Buena dieta y precaución con los fármacos, bases para una mejor calidad de vida del celíaco

La enfermedad celíaca o celiaquía es una patología caracterizada por una intolerancia permanente a los alimentos que contienen gluten, que provoca daños en la absorción de los nutrientes y generando estados carenciales. En España afecta a una de cada cien personas (el doble de mujeres que de hombres).

Como explica la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), la celiaquía es una enfermedad crónica que no se puede prevenir ni curar, pues se desconocen sus causas. Lo que sí se sabe es que en su desarrollo influyen tanto factores ambientales (dieta con gluten) como otros relacionados con el sistema inmunitario y genéticos.

Al ser una intolerancia y no una alergia, la celiaquía no produce reacciones inmediatas, lo que dificulta su detección y puede deteriorar y agravar el estado de salud del paciente. A esto hay  que añadir que sus síntomas son muy inespecíficos y se manifiestan de distintas maneras en función de la edad:

–Entre los 9 y los 24 meses: náuseas, vómitos, diarreas, distensión abdominal, pérdida de masa muscular y de peso, fallo del crecimiento, irritabilidad y falta de tono muscular.
–Infancia: son habituales las deposiciones blandas, talla baja, anemias y alteraciones del carácter.
–Adolescencia: la celiaquía suele ser asintomática.
–Adultos: los síntomas más frecuentes son la fatiga, los dolores abdominales, gases y anemias.

Además, en algunos pacientes la celiaquía se presenta con estreñimiento, lo que provoca que con frecuencia se les diagnostique erróneamente como si se tratase de un síndrome de intestino irritable.

Para que las personas celíacas puedan evitar problemas de salud, la SEFAC recomienda:

–Llevar una dieta estricta de alimentos sin gluten
–Vigilar los excipientes de los medicamentos que se utilicen
–Visitar periódicamente al profesional sanitario en función de la evolución física

Dieta estricta para toda la vida

Al no existir tratamiento para curar la enfermedad ni prevenir su aparición, la única medida eficaz para mejorar el estado de salud de los pacientes es una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Para ello es fundamental que el paciente conozca el listado de alimentos que no contienen gluten y los que sí lo contienen.

Entre los primeros se pueden citar como destacados la leche y sus derivados (quesos, yogures naturales, etc.), todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y al natural, además de cecina, jamón serrano y cocido; pescados frescos y congelados sin rebozar; mariscos; huevos; verduras, hortalizas y tubérculos; frutas; arroz y legumbres; vino y frutos secos, siempre y cuando sean crudos.

Los alimentos que la persona celíaca debe evitarque son, principalmente:

–Pan, harinas de trigo, cebada y centeno, y los productos que las contengan.
–Bollería y pastelería.
–Cerveza.
–Algunas salsas y aderezos para ensaladas.
–Con mucha precaución: embutidos y productos de charcutería, patés y helados.

En todo caso, es útil que las personas con celiaquía consulten periódicamente la Lista de alimentos aptos para celíacos, que elabora la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). Además, estas personas deben advertir siempre su condición cuando vayan a comer fuera de casa (comedores escolares o de empresas, restaurantes, hoteles, hospitales, etc.).

Fuente: 20 minutos

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