Cantidad de veces has oído hablar sobre el botox, muchas personas lo utilizan debido a sus cualidades rejuvenecedoras que te proporcionan una piel más firme y joven, entre otras. Pero realmente ¿sabes de que se trata?
El botox es una droga hecha de una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Es la misma toxina que causa un tipo de intoxicación alimentaria peligrosa para la vida llamada botulismo. El botulismo alimentario se produce por ingerir alimentos contaminados con la toxina, generalmente esta toxina afecta a los nervios, entre los síntomas se incluyen ver doble, vista borrosa, caída de los párpados, dificultad para pronunciar las palabras, dificultad para tragar, boca seca y debilidad muscular, pudiendo llegar a estados más graves. Esta bacteria produce esporas que sobreviven en los alimentos mal conservados o mal enlatados, donde generan la toxina.
Los médicos la utilizan el botox en pequeñas dosis para tratar problemas de salud, entre ellos:
-Eliminación temporal de las arrugas faciales.
-Sudoración severa de las axilas.
-Distonía cervical: un trastorno neurológico que causa contracciones musculares severas en el cuello y los hombros.
-Blefarospasmo: parpadeo incontrolable.
-Estrabismo: ojos desviados.
Las inyecciones de botox funcionan debilitando y paralizando determinados músculos o bloqueando algunos nervios. Los efectos perduran entre tres o cuatro meses. Los efectos secundarios pueden incluir dolor en el lugar de la inyección, síntomas similares a los de una gripe, dolor de cabeza y malestar estomacal. Las inyecciones en la cara también pueden causar una caída temporal de los párpados. No se debe utilizar botox durante el embarazo o la lactancia.